Abierto en 1954, el Balmoral cerró sus puertas 52 años después. Era un bar de la calle Hermosilla, en Madrid, uno de esos bares con un clima especial, que te transportaban a otra época. Un bar de los que ya no existen. Ese aire algo fantasmal de pasado acabado pero no perdido, de supervivencia a pesar de todas las fuerzas, incluida el paso del tiempo, es el se impone en el último disco de estudio de Loquillo, lanzado hace algo más de un par de años, y que tiene ese título, Balmoral. En él, el rockero mantiene la tónica de sus últimos trabajos al apostar por unos textos muy cuidados, protagonistas del álbum junto a unas melodías intimistas, discretas, sensibles.
Luis Alberto de Cuenca o Sabino Méndez son algunos de los letristas de este trabajo, aunque la canción que aquí rescatamos está firmada por el propio José María Sanz, Loquillo, con la música a cargo de Gabriel Sopeña. Un texto abrasador, arrollador, coherente con el resto de las piezas del álbum, sobre dos seres que luchan y continúan, cada uno en su propio alambre. Se editaron dos versiones, una a dueto con el legendario rockero francés Johnny Halliday y otra con el argentino Andrés Calamaro. La primera, incluida más abajo, es notablemente superior.
Es tan fácil dar sin pensar en uno mismo,
vayas a donde vayas encontrarás espejismos.
Somos tan iguales y a la vista tan distintos,
yo bajando a los infiernos y tu cruzando el paraiso.
Para ti, la vida que te lleva,
para mí, la vida que me quema.
Tenías tanto que aprender y yo tanto por demostrar.
Por un instante, la eternidad.
Nada permanece todo se desvanece.
Sé que no puedo quejarme, trataré de no engañarme.
Siempre es cuestión de tiempo llegar al precipicio.
Yo bajando a los infiernos y tú cruzando el paraíso.
Para ti, la vida que te lleva,
para mí, la vida que me quema.
Tenías tanto que aprender y yo tanto por demostrar.
Por un instante, la eternidad.
Me sobraba vida para amarte,
fotogramas que olvidé al revelarte.
Ahora ya es demasiado tarde.
¡Qué difícil es, qué difícil es…!
Para ti, la vida que te lleva,
para mí, la vida que me quema.
Tenías tanto que aprender y yo tanto por demostrar.
Por un instante, la eternidad.
Una de las mejores letras que he escuchado, aunque suena mucho mejor en compañia de Calamaro, este tema esta perfecto para cerrar ese ciclo con esa persona que fue tan importante en tu vida, no es para dedicarla a cualquiera,,, hey loco,,, gracias
ResponderEliminarJC
Gran canción.
ResponderEliminarCompletamente de acuerdo. Gracias a ambos.
ResponderEliminarpor un instante, la eternidad!!
ResponderEliminardualidad insalvable.
Simplemente INCREIBLE gracias por disfrutar tanto !
ResponderEliminarLoco te has superad, una pasada de cancion, si fueras valenciano serias GALLERO
ResponderEliminarSólo apuntar que hay una tercera versión, que es la interpretada por Loquillo en su totalidad y también aparecida en la primera edición de Balmoral, en un cd extra que incluía además "El Creyente" Y "Tatuados"
ResponderEliminarCarlos