lunes, 29 de marzo de 2010

Strange Fruit, Abel Meeropol (versión Billie Holiday)

A finales de los años treinta, Abel Meeropol un profesor judío de Nueva York quedó impresionado al ver la fotografía del linchamiento de dos afroamericanos en un estado del Sur. Una muchedumbre de blancos de todas las edades, hombres, mujeres y niños, aparecían sonrientes alrededor de los cadáveres de Thomas Shipp y Abram Smith, colgados de dos álamos en medio de la noche. Aquella visión, cruda y desagradable, se le metió en la cabeza y no pudo dejar de pensar en ella durante varios días. Como resultado de esa experiencia escribió el poema ‘Bitter Fruit’ (Fruta amarga), que publicó bajo el seudónimo de Lewis Allan. Ante la excelente acogida, sus compañeros del partido comunista le animaron a ponerle música, y así nació la canción ‘Strange Fruit’. (Aunque más adelante se diría que fue Holiday quien puso música al poema de Meeropols, quedó demostrado que no fue así).

Tenía tanta fuerza, y reflejaba una realidad tan sórdida y alarmante en pleno siglo XX, que ‘Strange Fruit’ no tardó en popularizarse en los círculos de la izquierda estadounidense. Parece ser que fue Barney Josephson, propietario del Café International (o Café Society, punto de reunión de los intelectuales liberales y de izquierda en el Greenwich Village neoyorquino), quien vio a Billie Holiday como la intérprete ideal de esta canción, y por ello decidió poner en contacto al autor con la legendaria cantante de blues.

Holiday no fue la primera intérprete de la canción, pero sí la que consiguió dotar a la composición de la fuerza justa, pues algunos antes que ella le dieron un dramatismo excesivo. Las primeras veces que la cantó, el público quedaba tan impresionado, por lo que contaba y por cómo lo hacía, que tardaba en romper a aplaudir.

Con esta canción cerraba Holiday sus actuaciones. Se quedaba a oscuras, sólo iluminada por un foco, y allí, con los ojos cerrados, comenzaba a cantar. Sólo intentó interpretarla unas pocas veces en los estados del Sur, donde de por sí ya actuaba poco. En ningún caso logró terminarla, dada la violenta reacción del público. “Esta canción consigue distinguir a la buena gente de los cretinos y los idiotas”, escribió en su autobiografía.

Según las conservadoras estimaciones del Tuskegee Institute, entre 1889 y 1940 2.833 personas fueron linchadas en Estados Unidos, el 90 por ciento en los estados del Sur, y más del 80 por ciento eran afroamericanos. En 1939, una encuesta puso de manifiesto que seis de cada diez blancos de los estados sureños aprobaban la práctica del linchamientos de los negros.

Frutos extraños

Los árboles del Sur tienen frutos extraños.
Sangre en las hojas y sangre en las raíces.
Cuerpos negros balanceándose con la brisa del sur.
Extraños frutos colgando de los álamos.

Una escena pastoral del Sur galante,
los ojos fuera de sus cuencas y la boca torcida,
aroma de las magnolias, dulce y fresco,
entonces, el repentino olor a carne quemada.

Lo que hay aquí es un fruto para que lo arranquen los cuervos,
para que lo empape la lluvia,
para que lo zarandee el viento
para que el sol lo pudra
para que gotee de los árboles.
Lo que hay aquí es un cultivo extraño y amargo.

lunes, 1 de marzo de 2010

Seria fantàstic, Joan Manuel Serrat

Una canción de ésas de Joan Manuel Serrat por las que debería crearse un premio Nobel a los buenos sentimientos. De una gran delicadeza, con sentido del humor, y con más verdades de las que uno es capaz de digerir en una canción, estando acostumbrados a lo que suena en las radios. Además, al ser de uno de sus discos en catalán de los años 80, muchos ni siquiera se han enterado de qué va, por aquello de "pues si es en catalán, no me interesa". Pues hijo, qué pena.

¿La sinopsis de la canción?: Qué bueno sería, si todos fuésemos un poco más buenos.

Sería fantástico

Sería fantástico
que andara equivocado
y que el water no estuviera ocupado.

Que hiciera un buen día
y que no nos engañaran en el peso.
Que San Pedro, no cantase ni aunque le pagaran.

Sería fantástico
que nada fuera urgente.
No pasar nunca de largo y servir para algo.
Ir por la vida sin cumplidos
llamando a las cosas por su nombre.
Cobrar en especies y sentirse bien tratado
y mearse de risa y dejar volar la fantasía.

Sería todo un detalle,
todo un síntoma de urbanidad,
que no perdiesen siempre los mismos
y que heredasen los desheredados.

Sería fantástico
que ganara el mejor
y que la fuerza no fuera la razón.
Que se instalara en mi barrio
el paraíso terrenal.
Que la ciencia fuera neutral.

Sería fantástico
no pasar por el tubo.
Que todo fuera como está mandado y nadie mandara.
Que llegara el día del sentido común.
Encontrarse como en casa en todas partes.
Poder ir distraído sin correr peligro.
Sería fantástico que todos fuéramos hijos de Dios.

Sería todo un detalle
y todo un gesto, por tu parte,
que coincidiéramos, te dejaras convencer
y fueses como yo siempre te imagine.