martes, 23 de febrero de 2010

Taller de poesía rock (Algo más que una bonita rima)

¡Cuántas veces no hemos escuchado o tarareado una canción sin tener la más mínima idea de lo que dice la letra! Y no me refiero sólo a una cuestión idiomática. Hay canciones en castellano que requieren cierta atención, un poco de esfuerzo, que muchas veces no le dedicamos; ni más ni menos que el que le dedicaríamos a una obra pictórica (si no lo hacemos con ninguna, ése ya es otro problema). Escuchar una canción sin atender a la letra es como ver una película sin sonido, o escucharla con la pantalla en negro. Y es que en España, las canciones siguen siendo eso, "vulgar" música, entretenimiento popular, relleno para Los 40 principales y ganchos para que la gente recuerde los anuncios de telefonía móvil.

Las canciones con mensaje parecen cosa de antaño, de aquellos cantautores protesta de los setenta. Y qué va, ni de lejos. Que no es lo mismo canción protesta que canción con algo que decir. Y se pueden decir tantas cosas con una canción, se pueden aprender tantas escuchándolas. Pensad en algunas de las canciones cuyas melodías os hacen estremecer pero no sabéis bien de va. Estoy seguro de que, si lo supierais, la experiencia alcanzaría una mayor plenitud.

En países tan variopintos como Estados Unidos, Alemania o Rusia, la obra de autores como Bob Dylan, Leonard Cohen o Paul Simon se estudia en las aulas como aquí se hace con Machado. De hecho, atendiendo a las definiciones de la RAE, es difícil comprender por qué las letras de las canciones no son consideradas un género literario más, como la narrativa, la poesía, el ensayo o el teatro, pues al fin y al cabo, se trata de un "arte que emplea como medio de expresión la lengua" (que es como se define la Literatura), aunque completado con acompañamiento musical.

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Sobre todo esto hablaremos desde mañana, cada miércoles durante las próximas semanas (del 24 de febrero al 28 de abril), en los encuentros de Poesía rock que Taller de Palabras organiza en la Biblioteca Infanta Elena de Sevilla. Analizaremos la trayectoria y las obras más interesantes de cinco autores anglosajones y cinco españoles. Y que nadie se enfade por la ausencia de éste o aquél, pues la lista no se ha elaborado atendiendo a que éstos fueran los mejores, sino a que sus trabajos resulten interesantes e ilustrativos para los encuentros. Ojalá en breve podamos trabajar con muchos más. Pero de momento, las alineaciones son las que siguen: Bob Dylan, Leonard Cohen, Bruce Springsteen, Paul Simon y Kris Kristofferson, por parte del equipo visitante; Javier Krahe, Joan Manuel Serrat, Luis Eduardo Aute, Joaquín Sabina y Raimon, que juegan en casa.

María José Barrios y un servidor dirigiremos el taller con la esperanza de que los encuentros terminen convirtiéndose en un ameno foro de debate e intercambio de opiniones, teniendo como objeto la maravillosa experiencia que supone disfrutar, en toda su plenitud, de una buena canción.

Como muestra, traigo aquí un tema de Paul Simon, American Tune, incluido en su segundo disco en solitario, que siempre me ha parecido lleno de matices interesante. Se trata de una composición que toma como base musical una coral de Bach extraída de La paión según San Mateo, para crear una dura pero esperanzadora reflexión sobre Estados Unidos, justamente en el bicentenario de la nación.

Una melodía americana

Muchas veces he estado equivocado
y otras muchas confundido,
sí, y a menudo me he sentido abandonado
y desde luego han abusado de mí,
pero estoy bien, estoy perfectamente bien.
Sólo tengo los huesos un poco cansados.
Aún así uno no espera poder estar
alegre y ser un bon vivant
tan lejos de casa, tan lejos de casa.

No conozco ningún espíritu que no haya sido abatido,
no tengo ningún amigo que sienta en paz,
no conozco ningún sueño que no haya sido hecho añicos
o que no haya sido sojuzgado.
Pero todo va bien, todo va bien,
hemos vivido tan bien tanto tiempo
que cuando pienso en el camino
que llevamos recorrido
me pregunto en qué nos equivocamos.
No puedo evitarlo, me pregunto en qué nos equivocamos.

Soñé que estaba muriéndome.
Y soñé que mi alma se elevaba inesperadamente
y se volvía para mirarme,
sonriendo tranquilizadoramente.
Y soñé que echaba a volar
y que desde lo más alto mis ojos pudieron contemplar con toda claridad
a la Estátua de la Libertad
alejarse navegando hacia altamar.
Y soñé que estaba volando.

Llegamos aquí en el navío al que pusieron por nombre el Mayflower,
estuvimos en la nave que surcó la luna,
entramos en el momento más incierto de nuestra época
y cantamos una melodía americana,
pero todo va bien, todo va bien.
No se puede ser eternamente afortunado.
Mañana será otro día de trabajo
y voy a intentar descansar un poco.
Lo único que intento es conseguir un poco de paz.


3 comentarios:

  1. ¡Qué pena no poder asistir a este evento tan prometedor!. Aunque me aleje del rock comentaré que a una voz tan reconocida como Frank Sinatra lo que más le importaba antes de conocer la melodía de una canción era su letra, para saber interpretarla después. Bruce Springsteen en muchas ocasiones ha compuesto antes la letra de sus canciones que la propia música, por eso tiene varias músicas para la misma letra. Por eso yo siempre he valorado mucho las letras de las canciones, para entender el sentido de esa melodía que, algunas veces, no concuerdan.

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  2. Cuánta razón llevas. Si atendiésemos con más detalle a muchas canciones que escuchamos a la ligera... Algunas nos sorprenderían por su riqueza oculta, y otras, por su torpeza evidente... jeje

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  3. paul simon, paul simon
    me has tocado la fibra mas sensible
    la letra es fundamental poerque una buena letra nunca puede llevar una mala musica

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